Por Robert J. Tamasy
¿Alguna vez ha experimentado estar en la cumbre de una montaña? No de literalmente escalar una montaña, aunque puede ser el mismo efecto, por lo que he escuchado. Me refiero a un momento muy especial, tal vez en un entorno natural especialmente inspirador. O tal vez en un evento - como una conferencia o un retiro en el que escucho a oradores y líderes de gran impacto, altamente motivadores que le inspiraron a hacer las cosas de una manera diferente, o mejor, o con mayor celo.
A través de los años he tenido muchas experiencias de "cumbres montañosas". Al visitar una maravilla de la naturaleza como lo es el Gran Cañón, con su grandeza inimaginable, fue una de esas ocasiones. Pero más a menudo mis "cumbres" han llegado durante conferencias y otras reuniones profesionales y espirituales. Allí he conocido gente maravillosa y he escuchado mensajes excelentes que me retaron a ser un mejor hombre, esposo, padre, empresario, escritor, editor, mentor y amigo.
A veces mis experiencias incluyen lo que llamo un "alto nivel espiritual," sentimientos de euforia, excitación y entusiasmo que me convencieron de que nunca sería el mismo. "Va a ser diferente cuando llegue a casa (o al trabajo)," pensé.
Sólo que hay un problema: No podemos permanecer en la cima de la montaña. Tenemos que volver al valle, a donde residen los plazos, las exigencias del trabajo, las tensiones financieras, compañeros de trabajo irracionales, jefes y clientes. A veces, de nuevo en el "valle", las presiones de la vida cotidiana nos golpean con tanta fuerza que rápidamente nos preguntamos: "Me sentí muy emocionado sólo hace unos días. ¿Qué fue todo eso? "
Entonces, ¿Qué hacer una vez que dejemos atrás la cumbre y regresemos a nuestro día a día de capa caída? ¿Cómo podemos tener éxito al llevar a cabo nuestra resolución de hacer los cambios necesarios, incluso después de que el resplandor de las cumbres se desvanezca? Yo le sugeriría que tenga en cuenta que no estamos solos:
Dios siempre está ahí. Si se convenció de que era necesario introducir cambios, es muy probable que Dios estuviese hablando a través de los conferencistas y de sus mensajes. Recuerde, puede ser que lo ha encontrado en la cumbre, también esté con usted en el valle. El Salmo 139:7-10 nos asegura, "¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha!".
Su cónyuge quiere ayudar. Incluso si su cónyuge no compartiera su talento o experiencia, Dios tiene una manera de usar nuestros cónyuges como cajas de resonancia, fuentes de información invaluables, y para dar apoyo y el valor necesarios. 2 (Proverbios 19:14).
Amigos y socios de confianza pueden apoyar. Una de mis pasiones es la tutoría - reunirme con otros hombres y ayudarlos a abordar las cuestiones personales y profesionales, utilizando principios bíblicos como guía. Puede ser que tengamos las mejores intenciones, pero a veces las influencias externas - o nuestras debilidades internas, pueden sacarnos del camino. Un mentor de confianza, asesor o amigo nos puede ayudar a cumplir los compromisos, o a darnos consejo de la forma para hacer los cambios necesarios. Pueden proporcionarnos la tan necesaria rendición de cuentas y su apoyo. "El hierro se afila con el hierro, por lo que el hombre se aguza con otro hombre" (Proverbios 27:17).
Robert J. Tamasy es vicepresidente de comunicaciones para el Legado de los Líderes, Inc., una corporación de no lucrativa en Atlanta, Georgia, E.E.U.U. Coautor, con David A. Stoddard, El Corazón de Mentor: 10 Principios Probados Para Que Las Personas Desarrollen Su Potencial Más Pleno (NavPress), y es el autor del libro recientemente publicado Negocios al Máximo - la Sabiduría Eterna de los Proverbios para los Negocios de Hoy (Rever Pret). Más información, vea www.theheartofmentoring.com o
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