Por Robert J. Tamasy
Vivimos en un mundo ruidoso. La competencia por nuestra atención es interminable e implacable: radio, TV, iPod, programas de entrevistas con personas que se gritan el uno al otro. Hasta las comunicaciones más tranquilas nos distraen de nuestra concentración: correo electrónico, Internet, mensajes de texto. Parece increíble que cualquiera de nosotros pueda hacer su trabajo con tantas distracciones.
Frente a estos obstáculos, ¿cómo podemos hacer que alguien nos preste atención? Se trata de un problema sin una solución sencilla. "Griten más fuerte". Ser grosero e interrumpir. Ser algo audaz y extravagante. Tal vez desenchufar el ordenador de la persona. ¿Recuerda aquello de "el fuego se combate con fuego"? El lema de hoy es "el ruido se combate con ruido."
En razón de este dilema, mientras todo el mundo parece estar hablando de una manera u otra, mientras que nadie está escuchando, es sorprendente que se les diga, y hasta prometer, hay un lugar donde siempre se nos escucha y siempre se nos ha hecho caso: el trono celestial de Dios.
La Biblia nos da muchas garantías de que el Dios del universo, escucha nuestras oraciones por individualmente - y nos responde. "Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido." (1Juan 5:14-15)
Al tratar de comunicarnos con Dios, nunca nos ponen "en espera", nunca hay que dejar un correo de voz, y no habrá una señal de ocupado. Esa es su promesa. Y no tenemos que ir a un retiro a una iglesia o religión, podemos hablar con Dios en cualquier lugar, en cualquier momento, sobre cualquier tema.
¿Ha tenido un repentino giro negativo en sus negocios? Hable con Dios al respecto. ¿Está pensando en un cambio de profesión? Pregúntele a Dios qué es lo que Él piensa al respecto. ¿Sus finanzas están en una situación desesperada? Consulte la ayuda de Dios. ¿Tiene usted un jefe irrazonable? Quéjese con Dios. Aquí están algunas cosas que la Biblia nos dice acerca de hablar con Dios:
Dios escucha las oraciones de los que le siguen. Uno de los requisitos para acercarse a Dios en la oración es simplemente ser un miembro de su familia, aquellos que hacen lo correcto con Él por medio de Jesucristo. "Porque el Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones..." (1 Pedro 3:12).
Dios escucha las peticiones de sabiduría. Una cosa que necesita desesperadamente la gente de negocios y profesionales es la sabiduría, y Dios la proporciona con entusiasmo cuando se le pide. "Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie." (Santiago 1:5).
Dios escucha las oraciones de aquellos que confían en él. Una de las peores cosas que podemos hacer es pedirle ayuda a un amigo, entonces dudar de que él o ella nos la dará. Con Dios no es lo mismo. "Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración" (Mateo 21:22).
Dios escucha las oraciones presentadas con los motivos correctos. Un tipo de oración que Dios rechaza es la que se basa en motivaciones egoístas y auto-complacientes. "Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones" (Santiago 4:3).
&nbs p; Robert J. Tamasy es vicepresidente de comunicaciones para el Legado de los Líderes, Inc., una corporación de no lucrativa en Atlanta, Georgia, E.E.U.U. Coautor, con David A. Stoddard, El Corazón de Mentor: 10 Principios Probados Para Que Las Personas Desarrollen Su Potencial Más Pleno (NavPress), y es el autor del libro recientemente publicado Negocios al Máximo - la Sabiduría Eterna de los Proverbios para los Negocios de Hoy (Rever Pret). Más información, vea www.theheartofmentoring.com o <http://www.rivercitypress.net/> www.rivercitypress.net o <http://www.bobtamasy.blogspot.com/> www.bobtamasy.blogspot.com
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