Por: Robert D. Foster
Un viejo vaquero que pasó años trabajando en ranchos ganaderos, donde las tormentas invernales se hicieron sentir entre los rebaños debido a las lluvias heladas, vientos aulladores y amargos que apilaban montones enormes de nieve. Las temperaturas suelen caer por debajo de cero grados. La mayoría del ganado le da la espalda a las tormentas de hielo y van poco a poco a la deriva a favor del viento, hasta que finalmente una valla los detiene - y allí mueren.
Pero el ganado Hereford actúa de otra manera. Los animales de esta raza instintivamente enfilan la cabeza al extremo de barlovento de la cordillera. Están hombro con hombro frente a la tormenta, con la cabeza hacia abajo contra la embestida. Típicamente, esto produjo la supervivencia de la manada. Hay una valiosa lección que aprender de ellos: ¡Enfrentar las tormentas de la vida en con la cabeza!
Necesitamos entender a los vientos adversos. Recuerdo una época sumamente difícil, cuando tuve la tentación de "tirar la toalla", meter la cabeza en la arena, y sonar el silbato para dejarlo todo. Mi buen amigo y autor, Jerry Bridges, había tenía algunas grandes respuestas para mí en su libro: Confiar en Dios aun cuando la vida duele, sobre todo en el capítulo, "Crecer a través de la adversidad." También memoricé el Salmo 46:1 y encontré ayuda en la hora de crisis: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones."
El autor y conferencista Napoleón Hill dijo: "Cada adversidad, cada fracaso, cada dolor lleva en sí la semilla de un beneficio igual o mayor". ¿Cuál es esta semilla de la que está hablando? En el Antiguo Testamento de la Biblia encontramos numerosos ejemplos:
* Abraham, en el libro del Génesis. Pasó años aprendiendo a obedecer, a quién obedecer y cuándo obedecer. En el camino de Abraham experimentó desvíos, conflictos y desilusiones. Pero Dios recompensó su fe y obediencia, incluso encarando adversidad e incertidumbre.
* Job, en el libro que lleva su nombre. Él tuvo años de prosperidad, felicidad y éxito. A continuación, el techo se derrumbó sobre su vida, las paredes cayeron y se convirtió en un fracaso total a los ojos de muchos - perdió su familia, fortuna, fama y el aptitudes. Es comprensible que se lamentase: "Dios me rompe con una tempestad, y multiplica mis heridas sin causa" (Job 9:17). Pero luego descubrió la importancia de esperar, incluso si se requieren semanas o meses. Aprendió el valor de la paciencia en la adversidad. "Aunque él me mate, en él confiaré", Job pudo decir. Cuando una promesa parece fallar, Job descubrió, siempre se puede confiar en Aquel que hace la promesa.
* José, también en el libro de Génesis. Su vida fue años de andar en montaña rusa las 24 horas. En un momento, fue de ser el favorito de su familia paterna al foso, de una posición de prominencia a la cárcel, desde una jaula a un penthouse, a la situación de ser primer ministro. Eventualmente fue capaz de decir a sus hermanos que lo traicionaron, "pensaron ustedes hacerme mal, pero Dios quiso cambiarlo a bien" (Génesis 50: 30).
La Biblia enseña lo que podríamos llamar "la ley de crecimiento": " Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. (Juan 12:24). A veces, la aparición de la muerte no es más que un presagio de una mejor vida.
Cuando vengan dificultades a su camino, y vendrán, aférrese recordando esta verdad: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en tiempos de adversidad" (Salmo 46:1).
Robert D. Foster es el fundador de Lost Valley Ranch cerca de Colorado Springs, Colorado, EE.UU. Hombre de negocios y autor de libro semanales de meditación relacionados con la empresa durante más de 50 años, que reside actualmente en California.
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