Por Jim Lange
En la mesa redonda de liderazgo de la cual soy facilitador en mi zona, nuestro tema del mes fue el miedo y su impacto en nosotros como líderes. En nuestro mundo hay factores innumerables que pueden atemorizarnos y pueden ir de la incertidumbre económica, a los impredecibles cambios tecnológicos o desastres naturales.
Discutimos el hecho de que hay un miedo bueno - como el temor a Dios; el miedo que impide irnos a un precipicio; temor que nos incita a buscar refugio en una tormenta eléctrica. Y hay otro miedo malo que puede tener efectos muy adversos en nosotros y en la forma en que vivimos, personal y profesionalmente.
El temor malo puede alterar o retrasar la toma de decisiones. Puede impedir que actuemos. Puede obstaculizar nuestra habilidad para obrar con valor y resolución. Puede causar una tensión innecesaria. Puede paralizarnos mental y emocionalmente.
Creo que esta es la razón por la cual la Biblia nos dice repetidamente "no temas". Pongo unos ejemplos de cómo es que el miedo puede tener un impacto negativo en nosotros:
El miedo reemplaza la fe.
El miedo puede destruir sueños.
El miedo puede robarnos nuestra alegría y bendiciones.
El miedo puede estropearnos nuestras victorias.
El miedo puede robarnos los recuerdos.
El miedo puede hacernos dudar por la incredulidad.
Como parte de nuestra discusión, los miembros de nuestros grupos mencionaron versos que han encontrado útiles proporcionándoles consuelo cuando se sintieron temerosos. Romanos 12:2 nos dice, "transformados mediante la renovación de su mente". Como dije, si usted se encuentra viviendo con miedo, una manera de renovar a su mente está en meditar en la Escritura. Aquí están algunos de los versos que mencionaron:
Experimentando el descanso de Dios. "Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi salvación." (Salmo 62:1-2).
Confiando en el plan de Dios. "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito" (Romanos 8:28).
Confianza en la guía de Dios. "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia." (Proverbios 3:5-6).
Convicción de la provisión de Dios. "Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas"(Mateo 6:33).
Confianza en la fuerza de Dios. "Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: No temas, yo te ayudaré." (Isaías 41:10, 13).
Libre de ansiedad. "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús." (Filipenses 4:6-7).
Valor ante la adversidad. "Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas." (Josué 1:9).
© 2012 por Jim Lange. Jim es presidente de un capítulo de Truth@Work (www.christianroundtablegroups.com), un ministerio para las personas en el lugar de trabajo. Escribe un blog en línea, www.5feet20.com, y es autor del libro, Bleedership,: Primeros auxilios bíblicos paraLíderes. Vive con su familia en cerca de Toledo, Ohio, E.E.U.U.
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