¿ALGUNA VEZ LE GUSTARÍA PODER DEJAR DE PENSAR?
Por Ken Korkow
Mi esposa Liz dice que yo no sé cómo desconectar mi mente. Y le respondo que, para empezar, no tengo mucha, por lo que tengo que seguir trabajando con lo poco que tengo!
Pero en realidad, tiene razón. Planear, preocuparme, experimentar stress y agonizar por demasiadas situaciones - reales o imaginarias -. Esto es probablemente por falta de confianza en Dios y también temer que si no intento manipular y controlar estas cosas, serán aún peores de lo que ya son.
A través de los años he aprendido que hay una solución práctica para este problema, y trato de aplicarla tan a menudo como me sea posible. Permítanme comenzar con una analogía: Yo tomo mi desayuno cada día. Mi hermano Jim me dice que es la comida más importante del día, porque si no estamos en casa a tiempo para el desayuno, probablemente tendremos un ¡montón de problemas! Pero además de eso, se nos dice que un desayuno abundante es importante para tener la energía necesaria y estaminas necesarias para ese día.
Sin embargo, en mi opinión, hay algo más importante que el desayuno y que buscar el alimento físico.
Todos los días, antes de tomar mi alimento físico del día, tomo mi alimento espiritual. ¿Por qué hago esto? Porque, como yo lo entiendo y lo he llegado a creer, yo no soy un cuerpo físico con un espíritu sino una entidad espiritual con un cuerpo físico. (Piense en eso por un rato.)
Para mí, esto significa que, no importa lo exigente que sea mi horario del día, me tomo un tiempo y empiezo leyendo un pasaje de la Biblia y también mi devocional favorito para hacer que mi pensamiento vaya en la dirección correcta. Un gran líder espiritual comentó en una ocasión que siempre comenzaba el día con una hora de oración, pero si un día fuera a ser especialmente ocupado, ¡comenzaba con dos horas de oración!
Una mañana, junto con mi lectura de la Biblia, usando devocional diario Oswald Chambers En Pos de lo supremo, vi lo siguiente. Él citó un pasaje de la Escritura y dió algunos comentarios:
"... No se preocupen por su vida, qué han de comer o beber; ni por su cuerpo, o qué vestirán" (Mateo 6:25).
“Jesús resumió cuidadosamente y con sentido común en la vida de un discípulo incrédulo. Si hemos recibido el Espíritu de Dios, Él empujará adecuadamente a través de nuestras vidas, como preguntando: "¿Dónde puedo entrar en esta relación, estas vacaciones que has planeado, o estos nuevos libros que quieres leer?" Y Él siempre presiona el punto hasta que aprendamos a hacer nuestra primera consideración. Siempre que pongamos otras cosas en primer lugar, habrá confusión.
“... No se preocupen por su vida...." No se presione por la provisión, no sólo es malo preocuparse, es incredulidad, preocuparse significa que no creemos que Dios puede cuidar de los detalles prácticos de nuestras vidas, y no nos más que simples detalles los que nos preocupan ¿Se ha dado cuenta de lo que Jesús dijo que ahogarían la Palabra que Él puso en nosotros? ¿Es el diablo? No. Son los afanes de este mundo"(Mateo 13:22). En nuestras pequeñas preocupaciones es cuando siempre decimos: "No voy a confiar en que no puedo ver" -. y ahí es donde comienza la incredulidad. La única cura para la incredulidad es la obediencia al Espíritu. "
Creo que esto es sabiduría buena y práctica para ponerla en uso cuando enfrentamos nuestros retos en el lugar de trabajo hoy en día.
Ken Korkow vive en Omaha, Nebraska, E.E.U.U., donde él sirve como un director de área para CBMC. Adaptado del "Fax de Vida" una columna que escribe cada semana. Usado con permiso.
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