Por Robert J. Tamasy
Para tener éxito en los negocios, necesitamos conocer a las personas: "Conozco a mis clientes". "Conozco a mis empleados". "Conozco a mi personal". "Conozco a mi equipo". Pero ¿qué tan bien los conocemos en verdad?
En el trabajo, tratamos regularmente con muchas personas, Ya sea si está asociado en un proyecto, da o recibe determinadas tareas, solicita retroalimentación o ayuda. Intercambiamos mensajes y correos con individuos a lo largo del día. Podemos tener información específica acerca de ellos - su historial de trabajo, manejo de habilidades, cómo visten, qué auto manejan, intereses personales. ¿Pero eso significa que los conocemos de verdad?
Nuestro entorno fomenta las relaciones superficiales: La comunicación consiste en correos de voz, mensajes, correos electrónicos intercambiados como pelotas de ping-pong, saludos casuales. Incluso cuando trabajamos juntos para completar con éxito un proyecto, podríamos conocer a otros miembros del equipo sólo por su desempeño al hacer su trabajo.
Los avances tecnológicos en muchos aspectos se han acelerado de la productividad, por lo que es más eficiente, pero el ambiente de "alta tecnología, bajo-impacto" ha pasado factura en el compañerismo e interacción en el trabajo. No podemos conocer íntimamente a todos, y no es necesario, pero un esfuerzo consciente, intencional puede recompensarnos con significativas y profundas relaciones que pueden mejorar nuestra experiencia de trabajo.
Interesantemente, a menudo un ingrediente importante para una relación fuerte es la adversidad. Cualquiera puede ser un "amigo" cuando todo va bien, pero durante tiempos de penalidad y de esfuerzo, la tensión del momento tiende a revelar como es una persona realmente en su interior - bueno o malo. Apoyándose entre si frecuentemente durante los tiempos difíciles, ahonda y fortalece los lazos personales. Como dice en Eclesiastés 4:12, "Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!"
Es lo mismo en verdad en el sentido espiritual. Podemos clamar que "conocemos a Dios". Pero si conocerlo se limita a creer que Él siempre contestará nuestras oraciones de la manera en queremos que sean contestadas, eso no es conocer verdaderamente a Dios. Como dice un amigo mío, "Dios es bueno - todo el tiempo". Eso incluye los tiempos en que las cosas no van de la manera en que queremos. Aquí hay algunos conceptos que la Biblia tiene sobre conocer a Dios:
Conociendo a Dios. Incluso dando una mirada superficial al mundo alrededor nuestro nos proporciona información abundante sobre Dios, por lo que es fácil saber "de Dios": "Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa" (Romanos 1:20).
Compromiso con el conocimiento de Dios. Si bien se puede observar mucho acerca de Dios, conocerlo verdaderamente exige decisión y compromiso. El apóstol Pablo lo define como propósito de su vida: "(Porque es mi propósito determinado) que yo pueda conocerlo - que yo pueda envolverme progresivamente más profunda e íntimamente en Él, percibiendo y reconociendo y entendiendo (las maravillas de Su Persona) más fuerte y claramente" (Filipenses 3:10, Amplificada).
Conociendo - y confiando - en Dios. Conocer a Dios significa confiar en que Él sabe lo que necesitamos y lo que es mejor para nosotros: "Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza." (Jeremías 29:11).
(Derechos de propiedad literaria 2012, Centro de Recurso de Integridad, Inc.) Adaptado con permiso de "Momentos de Integridad con Rick Boxx," comentarios de los problemas de integridad en el trabajo desde una perspectiva cristiana. Más información sobre Momentos de Integridad en su buzón, escriba a: rboxx@IntegrityMoments.com y ponga "subscribe" en la línea de asunto o visite su website, <http://www.integrityresource.org/> www.IntegrityResource.org.
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